Tony Díaz (Antonio Díaz del Bó, 1938-2014) fue uno de los más influyentes arquitectos argentinos. Se recibió en la Universidad de Buenos Aires en 1964, renunció a sus cargos docentes luego de la intervención de 1966 y viajó a Chile, Italia e Inglaterra, donde obtuvo en Londres su título de posgrado en urbanismo por la Architectural Association.
En 1971 regresó a Buenos Aires, reincorporándose a la Universidad y al estudio Baudizzone-Díaz-Erbin-Lestard-Traine-Varas, con el que desarrolla hasta 1978 una exitosa trayectoria profesional. Se asoció luego con José Víctor D’Angelo, y posteriormente con Luis Ibarlucía y Gabriel Feld.
En 1976, después del golpe cívico-militar y la continuidad de una nueva intervención y salida de la Universidad en 1975, fundó junto a Justo Solsona, Rafael Viñoly y Ernesto Katzenstein “La Escuelita”, institución de enseñanza alternativa de la Arquitectura, que fue clave para una nueva inserción cultural de la disciplina en la Argentina. “La Escuelita”, además de sus cursos de arquitectura, trajo a Buenos Aires a dictar conferencias, en épocas difíciles, a Aldo Rossi (en dos oportunidades, a partir de las cuales Díaz y Rossi se convierten en amigos personales), Alvaro Siza, y Rafael Moneo, entre otras personalidades que pronto serían referentes mundiales en Arquitectura
En la perspectiva de la recuperación democrática de 1983, sus directores deciden cerrar “La Escuelita” para incorporarse nuevamente a la Universidad de Buenos Aires. Tony Díaz es invitado, junto con otros, a sumarse desde 1984, y obtiene su cargo de Profesor Titular Regular en 1985.
Entre 1984 y 1989, funciona el Taller Tony Díaz (que llegó a ser de los más numerosos en alumnado de la Facultad), dejando una huella pedagógica y una manera de entender la Arquitectura que perduran hasta el presente: gran cantidad de sus entonces docentes, estudiantes y amigos son profesores y docentes hoy en casi todas las áreas de la FADU -Proyecto, Urbanismo, Morfología, Historia-, y continúan el legado de aquella experiencia. Otros y otras han continuado su trabajo en distintas universidades del Área Metropolitana (General Sarmiento, Quilmes, San Martín, Avellaneda, Universidad Torcuato Di Tella), de la Argentina (Rosario, Córdoba, La Plata), y en las mejores escuelas de arquitectura del exterior.
En ese período, Díaz también funda y dirige en la Universidad la Cátedra Libre Wladimiro Acosta (para la difusión del pensamiento arquitectónico). En su texto de presentación a la exposición realizada en 1987 en homenaje a Acosta, pone en este maestro suyo lo esencial de los que fueron siempre sus propios esfuerzos: el estudio y la lucha por la consistencia entre las ideas y la arquitectura.
En este sentido, hacer un proyecto en el taller de Tony Díaz era siempre una interpretación sobre nuestra realidad: una operación culturalmente informada, en favor de una reconstrucción disciplinar en un nuevo marco de país. Se trataba de una posición pedagógica profundamente política.
En 1988, es invitado a España por compañeros de su época de la Architectural Association, y decide continuar su carrera y su vida familiar en Madrid. Siguió trabajando otros 25 años, enseñando, proyectando y construyendo, estudiando y generando ideas; publicó dos libros, y varios textos importantes. Nunca dejó sus vínculos con Buenos Aires, ciudad a la que quería mucho y retornaba periódicamente. Siempre volvió a visitar la Universidad, ofreciendo charlas y conferencias para presentar sus ideas y su trabajo, y participó desde su oficina de Madrid en los concursos en la Argentina que consideraba importantes.
Su última visita a nuestra Facultad fue en Septiembre de 2013, cuando viajó a Buenos Aires para ser nombrado Académico Correspondiente en España de la Academia Nacional de Bellas Artes.
Publicó hasta fines de 2013, y continuaba pensando en nuevos aportes. Sus posturas éticas e intelectuales respecto a la Arquitectura y el Urbanismo siguen vigentes, y son indispensables.